
Herculine Barbin Parte 3
Femenino21
El Clérigo
“Mi confesión fue completa. (…) El prelado me había escuchado con un asombro religioso. (…) Mis palabras no eran sino un grito de desamparo que no dejó a su alma insensible; su vista de águila había medido el abismo abierto bajo mis pies…” “Mi pobre criatura, me dijo al terminar su interrogatorio, no sé cómo acabar todo esto ¿Me autorizas a utilizar vuestros secretos? Porque, aunque sepa bien a qué atenerme respecto a vos, no puedo convertirme en juez de semejante materia. Hoy mismo veré mi médico. Me pondré de acuerdo con él sobre la conducta a seguir. Volved por tanto mañana y quedaos en paz”.
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El Médico
Al día siguiente… “He tenido, me dijo, una entrevista con el doctor H… Acudid hoy a su consulta, en compañía de vuestra madre”.
Luego de la visita al médico, quién decidió debían hacer un cambio de identidad, Monseñor le comunicó a Adélaide que debía volver a L… Para despedirse del lugar y de su gente “a fin de evitar cuando os marchéis el escándalo que podría ocasionarle, a vos y a la casa que dirigís. Os otorgo una gran prueba de confianza. No abuséis. Haceros reemplazar lo más pronto posible y volved aquí, después de lo cual se proveerá el medio de facilitaros vuestro nuevo puesto en la sociedad”.
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La Ley
Anotado en el margen del acta de nacimiento: “Por decisión del tribunal civil de Saint Jean d’Angely de fecha 21 de junio de 1860, ha sido ordenado que la presente sea rectificada en los términos siguientes: 1. Que el niño que allí figura será designado como siendo del sexo masculino. 2. Y que el nombre de Abel sustituirá a los de Adélaide Herculine.
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Entrada de Abel a la sociedad
“Desde hace unos días, sólo se habla en la Rochelle de una singular metamorfosis que se acaba de producir en una institutriz de veintiún años. Esta joven, reputada por su talento tanto como por su modestia, hizo de repente, la semana pasada, su aparición vestida de hombre en la iglesia de Saint-Jean, acompañada de su madre y de una de las damas más estimadas en la ciudad. Algunas personas llegadas para asistir a la misa, sorprendidas por tal disfraz en semejante lugar y compañía, y pudiendo menos aún explicárselo dado la reconocida piedad de sus acompañantes, no pudieron permanecer en sus sitios y salieron de la iglesia para propagar la noticia.”
Extracto de la Prensa: Indépendant de la Charente Inférieure, 21 de julio 1860
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Sin Lugar
“¡Venga, maldito, continúa tu tarea! El mundo que invocas no estaba hecho para ti. Y tú no estabas hecho para él. En este vasto universo, donde tienen cabida todos los dolores, tú buscarás en vano un rincón donde albergar el tuyo, que desentona y trastorna todas las leyes de la naturaleza y la humanidad. El hogar familiar te está vedado. Tu vida misma es un escándalo que haría enrojecer a la joven virgen y al adolescente tímido.”
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Liberarse de las cadenas
“Yo planeo por encima de todas vuestras miserias innombrables, participando de la naturaleza de los ángeles; pues, vosotros lo habéis dicho, mi lugar no está dentro de vuestra angosta esfera. A vosotros, la tierra; a mí, el espacio sin límites. Encadenados aquí abajo por las mil ataduras de vuestros sentidos groseros y materiales, vuestros espíritus no se sumergen en este Océano límpido del infinito, donde bebe mi alma, un día errante por vuestras playas áridas.”
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Única puerta de salida
“La visión de mi tumba me reconciliaba con la vida. Experimento no se qué ternura hacia aquél cuyos huesos yacen bajo mis pies. Ese hombre, que fue un extraño para mí, se convierte en mi hermano. Converso con su alma, liberada de las ataduras terrenales; cautivo, deseo con todas mis fuerzas que llegue el momento de poder reunirme con ella.”
La identidad masculina -ese “Aquiles diminuto escondido en el internado” que según Foucault era visto y no, por las jóvenes e Institutrices- significó la muerte en vida para Adélaide. Una vez nombrada Abel nunca volvió a sentir que tenía un lugar legítimo en la sociedad. En su interior, ese hombre impuesto por los otros se fue convirtiendo en el único camino para su liberación. Lo que en un principio era tumba se fue transformando en puerta de salida.
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Embarcarse al último viaje
Para despedirse de su familia Abel les dijo que emprendería un viaje, se emplearía en El Europeo, un barco que viajaba hacia América.
“¿Qué extraña ceguera me hizo jugar hasta el final este papel absurdo? No podría explicarlo. Tal vez, esa sed de lo desconocido, tan natural en el hombre.” En el mes de Febrero de 1868, fue encontrado su cadáver en una habitación del barrio de Odéon. Abel Barbin se había suicidado con su hornillo de carbón.